El anuncio de Intel respecto a que su proceso de 7 nm se retrasará hasta finales de 2022 o principios de 2023 logro amplias criticas a través de la industria, pero la compañía también reveló que sus primeras CPU de 10 nm para el escritorio no saldrán al mercado hasta la segunda mitad de 2021.
El continuo empuje de AMD con sus procesadores Ryzen de 7 nm ha capturado a Intel de plano mientras continúa perdiendo cuota de mercado en los PC de escritorio, por lo que la relativamente larga espera para procesadores de 10 nm, podría resultar siendo una desventaja significativa para Intel.
Nuevas gamas, nuevos problemas
Los chips Alder Lake-S de Intel son conocidos porque llegarán con una arquitectura híbrida, lo que significa que vendrán con una cantidad de núcleos más grandes y otros más pequeños, como ARM. Eso significa que Alder Lake-S no contará con una arquitectura de chip tradicional, y aunque Intel ha allanado el camino con sus procesadores Lakefield 3D, ese enfoque presenta desafíos, tanto para la fabricación como para el soporte de software.
No está claro si Intel utilizará el embalaje 3D para los nuevos chips, lo que podría complicar aún más el proceso de fabricación. Los nuevos chips aterrizarán en un nuevo socket LGA1700, y también se espera que utilicen la nueva especificación DDR5, por lo cual al menos tendrán tecnologías novedosas que empujarán su adopción.
Según el ultimo anuncio oficial de Intel, no veremos los nuevos chips hasta la segunda mitad de 2021. Los próximos procesadores Rocket Lake de 14 nm de Intel servirán como transición, pero la compañía no ha revelado cuándo esos chips llegarán al mercado.